La atención de las personas está cada vez más compartida, por lo que se hace necesario diferenciarse y mostrarse de modo distinto, único e irrepetible, si queremos crear el impacto deseado. |
En un mercado de trabajo como el actual, con sobreabundancia de oferta y oportunidades limitadas, cada vez más los profesionales han de dedicar tiempo al marketing personal y construir su marca, con el fin de comunicar su oferta de valor diferenciada. Para ello es necesario identificar y comunicar nuestros talentos y cualidades sobresalientes con el fin de hacernos visibles en un entorno competitivo saturado.
Las técnicas y herramientas de marketing personal pueden aplicarse para encontrar un empleo, para crearlo uno mismo y también para promocionar a un puesto mejor y desarrollar la carrera profesional.
Los primeros que
aplicaron el concepto de posicionamiento a la carrera personal fueron Al Ries y
Jack Trout en su libro de 1989, “Positioning:
The Battle for your Mind”. Definieron el posicionamiento como un
proceso de penetración en la mente del cliente potencial, básico en una sociedad que se encuentra
saturada de comunicaciones e información.
Desde entonces, son
muchos los autores que han desarrollado estrategias y herramientas de personal branding. Tom Peters difundió el concepto de marca personal en su artículo
de 1997, "The brand Called You". Recomendaba
comenzar identificando las cualidades que le distinguen a uno de sus
competidores, haciéndose preguntas como las siguientes:
- ¿Qué he hecho recientemente para destacar?
- ¿Qué cosas hago que agregan un valor medible y distintivo?
- ¿Qué me siento orgulloso de hacer?
El cuento de los
Hermanos Grimm El Sastrecillo Valiente
nos muestra que la autoconfianza es básica para presentar una imagen personal
atrayente y un beneficio claro para los posibles clientes: el cinturón con la
inscripción “Maté a siete de un golpe” fue un reclamo sobresaliente y una
oferta irresistible en un mundo habitado por gigantes y dragones.
Penetrar en la
mente de los clientes es una batalla por la atención y percepción. Hoy en día
el uso generalizado de las redes sociales 2.0 facilita difundir mensajes de
forma rápida y gratuita, a la vez que se complica alcanzar notoriedad entre la marea de reclamos e información. La atención de las
personas está cada vez más compartida, por lo que se hace necesario diferenciarse y mostrarse de modo distinto,
único e irrepetible si queremos crear el impacto deseado.
El concepto de
marca como lo conocemos hoy en día procede de la costumbre de marcar a las
reses propias para diferenciarlas de las de otros ganaderos. Tiene así un
sentido de dejar huella. Una marca es una promesa de
valor que produce percepciones, emociones y expectativas en las mentes de las
personas. Para crear impacto duradero, la experiencia de marca ha de dejar una
huella clara de valor consistente y distintivo.
Desarrollar la
propia marca tiene un aspecto importante de imagen y reputación que ha de
basarse en una identidad consolidada, por lo que tiene un gran componente de
autoconocimiento y desarrollo personal. Cuando el producto es uno mismo, el
autoconocimiento es vital. Por ello, en primer lugar, es fundamental hacer un
ejercicio de autocoaching, preguntándose
uno mismo:
- ¿Quién soy?
- ¿Qué sé hacer de forma sobresaliente?
- ¿Qué es lo que hago mejor?
- ¿Qué tengo para ofrecer?
- ¿Cuáles son mis talentos?
En segundo lugar
hemos de identificar nuestros sueños, lo que queremos conseguir, definir
nuestra misión. Es importante que nuestra marca esté enfocada hacia un
propósito claro, motivador y coherente con nuestros valores, convicciones,
creencias, y principios. Para ello deberemos preguntarnos:
- ¿Qué quiero?
- ¿Cuál es mi Misión personal?
- ¿Cuáles son mis valores personales?
- ¿Qué me motiva, me ilusiona, me da energía?
La motivación es
nuestro motor emocional. Produce la energía que nos impulsa a la acción para
satisfacer nuestras necesidades, aspiraciones y expectativas. En “Motivación
Inteligente”[1] proporciono
un modelo y pautas para identificar el propio perfil motivacional. Puedes
hacerte una idea contestando a estas preguntas:
- ¿Prefieres un trabajo creativo, sometido a incertidumbre, o un trabajo ordenado y metódico?
- ¿Te sientes a gusto trabajando en grupo o prefieres tener autonomía e independencia?
- ¿Aspiras a coordinar a otros o prefieres ser un miembro más del equipo?
- ¿Disfrutas con los retos difíciles de superar o prefieres dosificar tus esfuerzos?
- ¿Te sientes “pagado” con el sentimiento de haber ayudado a otros o “sólo” trabajas por dinero?
Seguramente pensarás
que mitad y mitad, pero si quieres conocerte mejor has de hacer un esfuerzo de
imaginación y pensar en una situación límite en que tuvieras que elegir entre
los dos extremos. ¿Hacia dónde te decantarías? Estas y otras preguntas
similares te ayudarán a conocer tu perfil de motivos y también a identificar
las posibles motivaciones de tus
clientes.
Al final, la marca
personal surge de la confluencia de un talento distintivo,
un valor único, con una necesidad de un grupo de clientes. Así que habrás de responder a las siguientes
preguntas:
- ¿Quiénes son mis posibles clientes?
- ¿Cuáles son sus necesidades, aspiraciones y expectativas? ¿Qué les motiva?
- ¿Cómo puedo satisfacer esas expectativas con mis cualidades y talentos singulares diferenciales?
A partir de aquí se
requieren algunos ingredientes fundamentales para el éxito:
- La formación y el aprendizaje continuo, que nos permitirá convertir debilidades en fortalezas para alcanzar las oportunidades.
- Creatividad para reinventarse uno mismo.
- Habilidades de comunicación y promoción de la marca personal para gestionar proactivamente las percepciones, la “huella” y las expectativas que queremos generar en los demás.
- Gestión de la propia motivación para mantener el foco y persistir en los propósitos y la acción.
Beatriz Valderrama
Web: www.altacapacidad.com
Email: bvalderrama@altacapacidad.com
Interesante artículo!
ResponderEliminarEs curioso por que hace unos años nadie conocía el concepto de "Marca Personal". Hoy ya está muy consolidado.